Desde un cristal quebrado
mira la vida,
sin saber que los inviernos
llegan siempre el mismo día,
sin saber si es una luna
o es un sol el que le mira,
viendo a pedazos un mundo
cuyas piezas se deshilan;
de lejos me va mirando,
de lejos viene y me mira
y yo no encuentro en sus ojos
el reflejo de los días,
cada fisura es un paso
a una nueva lejanía,
desde su cristal quebrado
mira su vida y la mía.