EL ENCUENTRO

Se encontraron 
los dos
entre nieblas y sombras
y claros de luna
en la noche;

se pusieron a hablar,
como fue,
como va,
hoy he visto romper 
una flor al pasar
y su aroma ha estallado
en el aire,
bla bla bla, 
bla bla bla,
parecía que el tiempo
nunca iba a acabarse;

comenzó a amanecer
en los ojos de el,
y en los de ella la luna
rilaba brillante,
se dijeron adiós,
volverás,
volveré
y la noche se fue,
regresando los dos
a sus mundos distantes.

AZUL Y BLANCO

Tras la ventana
me pareces azul y blanco,
lejano,
como cuando miro al mar 
en mi memoria,
lejano su canto, lejanas las olas.

Tras la ventana,
me pareces aurora
que se va antes de llegar
el alba;

azul y lejana...
y lejana 
y blanca.

SE ME OCURRE

Se me ocurre
que podríamos hacerlo,
que podríamos mirarnos a los ojos
y dejar que se hablaran,
seguramente ellos 
sepan más de todo esto,
digo,
de todo este embrollo 
de ideas
y pensamientos 
fugaces;

se me ocurre
que podríamos aprovechar
el ocaso del año
para intercambiarnos los posos
de una humeante
taza de café,
ir de la mirada 
a la taza,
de la taza a la mirada
y dejar que nuestros ojos
se hablen.

PASOS DE NUBE

Me deslizo 
con pasos de nube
mientras me voy asomando
a tu mundo
de espuma y de olas
y veo como tú
te asomas a otro mundo 
que no es el mío
en busca de esos peces de colores
que viven en lo profundo
de las aguas 
de todos los océanos,
y yo;

yo soplo desde barlovento
para hacerte 
mirar hacia otro lado,
y tú;

tú a veces te giras 
y das unas brazadas en mi mundo
sin llegar a sumergirte.

LUNA MENGUANTE

Mis torpes fantasías 
resbalan por dentro
hasta salirse por los pies 
dejando un reguero acuoso
en el que no me puedo 
hacer la muerta
y flotar;

la luna se mengua
y me mira 
con su fina sonrisa
vertical
en la que tiendo 
las ilusiones 
que se tambalean
junto con un pedazo 
de negación de la certeza
para que no se deshagan del todo
y la luna pueda volver 
a ponerse llena.

ALAS DE PÁJARO

Duele cuando no llego,

cuando no alcanzo,

entonces duele;

cuando los pasos no me acercan

y la voz no suena,

cuando las miradas no se tocan

y las manos no llegan.

ROJO BERMELLÓN

Esta noche el mar arrulla a la luna
y a éste rojo corazón
que desde la orilla le mira;
que le mira con nostalgia,
sin preguntas,
con ojos llenos de olas
y espuma,

canta la mar y brilla la luna
y en la arena, el bermellón,
se acuna.

LLORA EL VERSO

Llora el poema
cuando no llega mar adentro,
cuando no encuentra a su dueño,
llora el verso.

Lloran mis poemas;

se cubren de hiedra

y esperan

y esperan.

Rocío en mis versos,

lluvia en sus acentos,

escarcha en invierno

si no encuentran dueño.

Llora el poema,

cuando no llega.

ENCUENTROS

Encuentros bajo la luna,
noche callada
reflejos de plata,
intercambio de dudas
que bailan,
ungüento para el alma
entre poemas que abrazan.

QUEDA EL SILENCIO

Cuando un suspiro pasa de largo,
queda el espacio
y se oscurece la noche
como presagio.

Cuando un suspiro pasa de largo,
queda el silencio;
pequeñas gotas del alma,
son su cortejo.

BESOS DE VIENTO

Recuerdos anónimos
de algún forastero

que en un verso errante

dibujó sus sueños.

Palabras tostadas

que guarda el silencio,
caricias de agua
y besos de viento.

GOTAS PEREZOSAS

Hace tiempo tengo escrito tu poema,

lo escribí una tarde de lluvia

mucho antes de tu llegada.

Aquella tarde resbalaban

las gotas perezosas

al otro lado de la ventana

y en su deslizar me hablaban;

me hablaban de ti...

entonces escribí tu poema,

le puse unas gotas de fragancia de rosa

y lo envolví en seda.

Allí laten mis letras,

en espera de que tus ojos las lean

y al lado late mi corazón,

que también te espera.

NUBES

Viaja tu nombre en las nubes;

en las blancas,

en las que no llevan agua.

Supe enseguida que tu nombre era de paso;

como las aves,

pero no por eso iba a dejar de escuchar tu canto

y aproveché para volar con tus alas hasta donde llegara.

Viaja tu nombre en las nubes;

en las blancas,

en las que el aire se lleva sin dejar rastro de nada.