HUECOS

Demasiadas horas

para mirar al cielo,

no se llena el día,

siempre quedan huecos,

los hay de boca ancha,

de cuello estrecho,

huecos que se quedan

en la piel

y otros que van hasta dentro,

pero al fin,

todos son huecos;

los huecos

permiten la entrada a todo

lo invisible,

de pronto te puede entrar

el otoño

y hacerte sentir

como una hoja de mirada ocre

llevada por el viento,

como te puede entrar

una ráfaga

de aire intenso,

haciendo doblarse al bambú

hasta alcanzar casi el suelo;

los huecos

son ratos perdidos entre horas

y son a veces horas

perdidas entre ratos,

los hay de fácil y de difícil acceso,

pero al fin,

todos son huecos.

AZULES LEJANOS Y AJENOS

Con puntadas de fino hilo
se cosen auroras a los corazones, 
auroras blancas
que rompen la noche suavemente
formando azules desconocidos,
nunca vistos,
azules lejanos y ajenos
que parten sin llegar y aún sin llegar 
dejan recuerdos,
momentos invisibles..., 
pero ciertos;
busca,
tu también tienes recuerdos
de intangibles noches,
tu también llevas auroras
cosidas al alma,
ves,
son nuestros recuerdos
de puro aire.

OTRAS VIDAS

Hay historias

que van camino del mar

y en él se pierden,

pero no desaparecen, no,

se hacen olas

y espuma

y llanto de ballena,

se mezclan con el turquesa

y se agitan entre mareas vivas

y mareas muertas;

historias de otras vidas

ya vividas

o de próximas vidas,

que esperan siendo agua

vivir su tiempo,

que esperan siendo agua,

un soplo de viento.

PLOMO

Nunca
es una lágrima 
densa,
pesada,
espesa;
no brota,
no se desliza,
no recorre
las mejillas;
se adentra,
se agarra,
horada,
ralentiza.

Nunca
es una lágrima
profunda;

de mar adentro.

DE LA MAR Y DEL AMOR

De cuando me dejo

empapar de tu aroma

a salitre,

de cuando me siento

a escuchar

los suspiros que exhalas

cuando vienes y vas,

cuando al aire te abrazas;

de cuando te miro

y todo es azul,

de cuando me miras

tú,

de cuando te escapas

allá por la raya,

de cuando me llamas,

de cuando

me hago ola salada

y en la orilla me dejas...,

y de nuevo me arrastras;

de cuando me hablas.

TROPICAL Y PARADO

A veces se puede sentir el peso

de los segundos,

sobre todo en éstas noches

que ya empiezan a ser calurosas,

lo malo de éstas noches es

que no te puedes hacer un ovillo

y tapar con una manta hasta la cabeza

y que cuando mas necesitas

que el aire te de una bofetada fría en la cara,

te asomas a la ventana

y te escupe todo su aliento de verano,

tropical y parado;

entonces metes la cabeza

debajo del grifo,

que si se trata de morir ahogada,

prefiero hacerlo en el agua

que a bocanadas de nada.

PARA CUANDO SOPLA EL VIENTO

Para cuando el viento

sopla en todas direcciones,

arriar las velas

y recoger los remos,

agarrar con fuerza el timón

y mirar al cielo,

aprovechar una ola

que me lleve a algún puerto,

preguntar a Neptuno

el camino mas cierto

y si con el ventarrón llego,

anclar en esa bahía

y reparar la quilla,

esperar vientos alisios

caminando arena fina

y respirar hondo,

muy hondo,

para limpiarme

por dentro,

hasta que me broten

mares

por la punta de los dedos,

ah,

y por si no vuelvo,

meter en una botella

los poemas y los versos,

los que di

y los que me dieron,

los que cogí sin permiso,

los que hice míos sin serlo

y que vayan mar adentro,

amaine o no amine el viento.

ELLA LLEGÓ ANTES

Ella llegó antes,
tanto antes que lo ocupo todo,
ocupó el día, la noche
y cada rincón de luz
o de sombra,

los recuerdos,

los mañanas,
los ahoras

y hasta el aire ocupó

con su aroma,

ocupó con su andar

cada baldosa,

los armarios,

los cajones,

los secretos de alcoba

las auroras;

ella llegó antes,

tanto antes que lo ocupó todo,

su pecho,

sus manos,

su boca.