NADA

Sonó el silbato,

se llenó de humo la estación,

después..., nada,

la vía interminable

ante una mirada que no alcanza,

silencio,

quietud,

andén de escarcha,

se hace noche sin adornos,

sin guirnaldas,

adioses sin despedidas,

sin palabras,

y después del humo,

nada.

DONDE HAS IDO

Huele a lágrima

la noche

y es que no brilla la luna,

no le pone al cielo el broche,

no devuelve mi mirada,

no me canta, no me abraza,

no encadena para mi

hilos de plata,

ay luna

que estoy menguada!,

dime luna,

luna blanca,

si la lágrima que callas

es el rocío del alba,

dime luna, luna bella,

donde apoyas la cabeza

cuando menguas,

es tu llanto

o es el mío éste relente,

éste frío,

dime luna...,

dónde has ido.

PARA LLEGAR A TU OÍDO

Tengo recuerdos

que no se donde poner,

si ponerlos en el fuego

una tarde de domingo

o atusarles los cabellos

hasta ver amanecer,

he tomado la forma

de un verso,

para salir de tus labios

mezclada en tu aliento,

para hacerme caricia

templada de invierno;

que al otoño le queda

un suspiro

para terminar de alfombra

tirado en el piso,

como esos recuerdos

que no encuentran sitio

y el viento se empeña

en hacer remolinos;

he tomado la forma

de un verso,

para llegar a tu oído.

AGUA

Si pongo los pies en el suelo

uno más uno son dos

y una puerta cerrada es un adiós,

se lo digo por si de pronto algún día

me ve aparecer por algún rincón

de su cabeza

y se pregunta que fue del agua

que salpicaba en su ventana;

las gotas de agua

si no encuentran una rendija 

resbalan,

se hacen flor sobre la tierra,

ola de mar en la playa,

sobre el río dulce almíbar,

caídas sobre el asfalto

se hacen nube y se disipan.

EN EL AIRE

El secreto está

en saber aprovechar el aire,

todo está en él,

el amanecer tímido y rojo

y el ocaso de paso lento

también,

me subo a las nubes

cuando pasan

blancas y algodonadas,

en ellas viajo hasta derramarme

junto al aroma a lluvia

y albahaca;

todo está en él,

las palabras dichas

y las no dichas también,

en el aire está el recuerdo

cuando se enreda en el pelo

y las miradas perdidas

levantan en él su vuelo,

en el aire está la risa

y la lágrima

y la vida,

cuelga la luna de él

y se cuelga el sol también;

el aire,

que lleva ausencias

que trae verdades,

que trae y lleva

que lleva y trae.