Se va poniendo el sol, como a la
fuerza,
como sin ganas,
vuelve el trino a la rama y al cerrar
los ojos
se hace un ovillo con las alas,
baja el sol,
sube el silencio y se sonroja el cielo,
yo me empino cuanto puedo
pero le pierdo,
después..., los sueños,
los que se crean con los ojos abiertos
y los pensamientos, los de largo
recorrido;
los que empiezan en la cabeza y salen
por el ombligo;
se duermen las ventanas, se despierta
el grillo
y llega la noche larga, de luna dulce y
templada
y yo...,
buscando una rama, en la que hacerme un
ovillo.