Si supieras como guardo nuestra risa
en la caja donde nacen los latidos,
allí guardo todo lo hermoso
que me regala la vida
y como ola de mar después retira,
allí,
junto a la sangre que partió un día,
junto a los juegos de niña,
junto al primer rubor que la despedía,
si supieras...;
cuantas lunas la escucharon..., ahí
suspiran,
entre suaves otoños de hoja caída,
sinfonía de lluvia, danzar de brisa,
si supieras...;
mágica, fresca, en libre caída,
en la caja donde mueren los latidos,
si supieras como guardo nuestra risa.