Allá en el monte
ulula el viento
y hace gemir a la mar,
la hace saltar por el aire
para caer en mi rostro
que se deja salpicar;
cierro los ojos,
respiro muy hondo,
me lleno de azul y sal,
azul para volar,
sal,
para cicatrizar;
allá en el monte ulula el viento
y es el mar tan inmenso!!...,
y yo ahí,
una talla diminuta,
labrada con el tiempo.