Para mi tu nombre
es mamá,
yo nunca te llamé
de otra manera,
mamá tengo frío,
mamá tengo hambre,
mamá...,
tengo miedo,
mamá...,
te quiero;
en el corazón te lo llevas
escrito
como tu te quiero
permanece en el mío,
ahí se quedan las palabras
cuando llegan,
cuando te quiero es te quiero,
no solo un pronombre personal
y un verbo.