Siempre las nubes
fueron pasajeras,
pero no la lluvia,
ella queda,
ella queda en cada brizna
de hierba,
queda en el árbol,
queda en la tierra
y en mi, se queda;
formando ríos
que me atraviesan,
arrastrando soledades
y ausencias;
la lluvia queda en el alma
y a veces..., le da la vida,
otras veces la anega,
llueve,
llueve intenso,
golpea en el cristal
del recuerdo
y caen precipitadas las gotas
de otras lluvias,
que quedaron dentro.