domingo, 29 de noviembre de 2015

EGOISMO

Si dejo de pensar en mi,
como si fuera el ombligo del mundo,
entonces,
le puedo cantar a la tierra,
puedo cantar a las manos
hechas de sudor y grietas,
puedo cantarle a la vida
que es un rayo que atraviesa
y le puedo dar mi grito
al solitario y proscrito,
si me olvido,
de mi mismo,
puedo cantarle a aquel niño,
de ojos de hambre
y perdidos
y a las risas que se mueren
entre balas y conflictos,
si me olvido de mi mismo,
le puedo cantar al mundo,
a la lluvia

y al rocio.