Ya bien entrada la madrugada
y rendida por el sueño,
suelo quedarme dormida encima
de cualquier linea,
a veces junto a una lágrima
perdida
o asomándome al calor
de una sonrisa,
otras me duermo sobre
algún pensamiento escrito
con tinta de luna
o girando sin parar junto
a una idea
que se ha subido a la noria
y a veces,
me duermo al lado de un sueño;
esos días me levanto
con una sensación extraña,
como con nostalgia.