Por entrar en tu cabeza
en altas cumbres viviera
como el águila que reina
allá entre calima y niebla,
robarla el grito quisiera
si en el eco de esas punas,
saltando de cresta en cresta
llegar hasta ti pudiera.
Cuando el águila planea
tener sus alas pidiera,
por sobre volar tu cima
y tu vuelo al mio se uniera,
cuando parada y erguida,
desde las cumbres otea,
daría..., cuanto tuviera
por los ojos de su alteza,
si así verte yo pudiera.