Viendo llover, tan solo eso,
escuchando a la lluvia caer
sobre el alero,
mientras briznas de hierba
mirando hacia arriba,
recogen las gotas,
se beben la vida,
digo al árbol de enfrente
que quieren mis labios
beber de su fuente
y robar a sus hojas
las sedosas gotas
que en ellas contienen
que quieren mis brazos
ser la rama verde
que cobija al nido
cuando todo llueve;
Oyambre lloraba
y yo lloraba con Oyambre
que las lágrimas de Oyambre
son la vida de sus montes,
de sus prados, de sus reses,
Oyambre lloraba
y yo lloraba con Oyambre
para después amanecer juntos
sobre la mar celeste.