No quiere el aire caprichoso
hacernos chocar,
a veces tú, justo doblas
una esquina de la luna
cuando aparezco yo por la otra,
otras alcanzo a ver tus huellas sobre
la arena,
junto a las de alguna gaviota,
justo antes de que las haga desaparecer
una ola
y a veces he encontrado tus suspiros
dentro de una caracola
y me he quedado a suspirar;