Bajo la persiana
sin dejar de mirar
por las rendijas,
por si acaso
a una estrella fugaz
de última hora,
se la ocurre caer
en mi patio,
ya tengo pensado
el deseo,
por eso la bajo
despacio,
para darle tiempo
al tiempo,
tiempo al sueño,
tiempo al beso
que espera
en mis labios.