Cada mañana bajo a la playa
cuando tan solo las huellas de las
gaviotas
acompañan mis pisadas,
miro a la mar...,
inmensa,
que nunca se acaba
y no se que buscan mis ojos
entre tanta agua,
se bebe mi pensamiento
o yo lo pierdo al mirarla.
A ratos detengo mi caminar,
vuelvo la cabeza
y miro la espuma que he dejado atrás
cubriendo mi paso;