Estoy en esa edad
en la que empezamos a volvernos más lentos,
al andar, al pensar, al comer, al amar…;
todo lo hacemos más despacio
cuando ya no hay tiempo que perder.
Ya de madrugada, una ligera brisa
entra por la ventana
y acaricia suavemente mi cara,
eso me hace pensar en ti;
en la brisa que levantas.