Los brazos siempre abiertos,
para abrazar
y para dejar marchar…
Jimena abrió los brazos,
sintió el vacío hueco
y la embargó la pena.
durante días permaneció en aquel
risco
asomada a la mar;
esa mar que trae y que lleva.
Llueven estrellas del cielo,
son lágrimas nacaradas,
guarda la noche en silencio
el llanto de nuestra raza,
los sueños son un lucero
que al amanecer se escapa,
un niño duerme entre fuego
otro entre sábanas blancas,
uno viste de colegio,
el otro viste de balas
y entre tanto desatino
llora la luna de plata;
la libertad es un rio
atrapado entre montañas,
la justicia privilegio
de quien más alto la paga,
la humanidad un camino
que se dirige a la nada.
De repente te me antojas
susurro de ola
cuando alcanza la orilla,
y suave se desliza,
o te me antojas viento
que me empuja a volar,
te me antojas
muchas cosas más;
¿sabes la ventana abierta
a la mar?,
el pájaro errante
que viene y que va,
te me antojas agua de azul
manantial,
te me antojas lluvia,
te me antojas beso
y te me antojas más.